SOLAMENTE LO SABE DIOS

Por Pastor Cecil Thompson Trad. "Do-Jó"

Lucas 23:39-43

"Y uno de los malhechores que estaban colgados Le injuriraba, diciendo: Si tu eres el Cristo, sálvate a Tí Mismo y a  nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mi cuando vengas en Tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso."

Pueda ser que la historia fuera así: Simeon era un ladrón, no hubo nada de duda en cuánto a esta verdad de su carácter. El era conocido como un "ratero." Su actitud era: ¿Porqué debo trabajar cuando puedo robar de otros quienes trabajan y ganan? Como niño fue encontrado robando varias veces, pero, no le afectaba a él, no le cambiaba. Cuando llegó a ser adulto, era un profesional en robar, y era muy orgulloso de su capacidad de vivir tan facilmente. Su manera de hacer era encontrar a mucha gente, y cuando había chance, les robaba a varios. Era un criminal de carrera. Pero, un día, mientras que estaba "trabajando su oficio," oyó a un hombre enseñando del Reino de Dios. Simeon sabía inmediatemente que este señor era el Mesías a quién todo Israel esperaba. Decidió salir y dejar la multidud, pero muy impresionado por las Palabras que había oído. Decidió robar en otro lugar y llegó a un cuartito usado por soldados romanos. Fue descubierto y fue golpeado severamente por los soldados y fue condenado a muerte, y ordenaba a ser crucificado.

Así lo hicieron, y Simeon fue puesto en una cruz con dos otros hombres. Fue sorprendido cuando realizó que uno de estos hombres era el Mesías a quién había oído antes. El ladrón colgado al otro lado le burlaba a Jesús diciendo que no tenía poder y que esto era el fin del camino para este maestro falso. Pero, Simeon sabía que este era el Mesías. y en su agonía gritaba que Jesús le aceptaría en su Reino,y por la Gracia, recibió el Bienvenido a la familia de Dios.

El fondo de este historia es una "pueda ser" de mis pensamientos, pero la verdad es que los que le habían conocido a este hombre, sabían que era ladrón, sin arrepentimiento. Solamente aquellos acerca de la cruz podían oír las palabras entre el ladron y Jesús y podían saber qué hubo un cambio radical en el hombre, del pecado a santo.

Podamos compartir el mensaje de la Salvación a nuestros amigos y familiares, pero, nunca observar una respuesta positiva. No es de nosotros ver los cambios, nos toca a nosotros comparir el menaje. Estoy seguro si estamos fieles en ser testigos fieles de Cristo, le veremos en la eternidad a gente que nunca esperábamos ver allí. Solamente Dios sabe.

Como aquel ladrón en la cruz, no podamos ver el principio del fin, pero el Señor ha sido con mucha gracia para con nosotros en revelar cosas que han de venir. Solamente tenemos que seguirle. En nuestro tiempo de esta  oscuridad espiritual y nuestra necesidad, cuando Le clamamos a El, El nos oye y nos contesta. Clama a El ahora mismo, donde estás. El te oirá.

Bendiciones corazones queridos. Caminen con Dios Hoy, confíen en El completamente, y sean una bendición.